No soy demasiado aficionado al fútbol. Y si vosotros tampoco lo sois, mejor que no leáis esta entrada, porque no os va a interesar. El caso es que, como decía, no le presto mucha atención al noble deporte del balompié. Pero soy del Real Madrid.
Lo soy porque mi padre era socio de ese equipo, igual que mis hermanos mayores. En verano, de muy pequeño, iba con mi familia a la piscina del Real Madrid, que estaba junto al estadio. Y también recuerdo haber ido con mi padre al aeropuerto de Barajas para recibir al equipo después de ganar alguna copa de Europa. Y no es que mi padre fuese un gran aficionado al fútbol, pero por algún motivo era un merengón. De modo que no lo he elegido yo; soy del Madrid porque lo heredé de mi padre, igual que mi hijo Óscar lo ha heredado de mí.
Eduardo Galeano dijo: “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. Esto es así porque, en general, la adhesión a un equipo no es un acto consciente, sino un legado. Yo heredé de mi madre los ojos claros, y de mi padre el Real Madrid; y del mismo modo que no puedo cambiar mi color de ojos, no puedo cambiar mi equipo de fútbol. ¿O sí?
Desde hace tiempo –en concreto desde la llegada a la presidencia de ese individuo siniestro que es Florentino Pérez-, el Madrid se está convirtiendo en un equipo francamente antipático. Todo comenzó con la absurda expulsión de Vicente del Bosque, pero no me voy a ir tan lejos. Me centraré en el ahora: Lo que ha hecho el Real Madrid con Iker Casillas es una vergonzosa e indigna cabronada.
Casillas siempre me ha caído bien. Me parece un tío sanote, natural, con ese castizo acento de Móstoles que nunca ha perdido. Pese a estar considerado el mejor portero del mundo, nunca se le han subido los humos. Tiene pinta de buena persona, y probablemente lo sea. Creo que representaba lo mejor del Madrid; el respeto al contrario, la humildad, el pundonor, la capacidad de realizar proezas imposibles. A Casillas le apodaban El Santo por sus paradas milagrosas.
¿Cuántas veces ha salvado Casillas al Madrid, cuánto ha contribuido a sus triunfos? Respeto a la selección, todo el mundo recuerda el gol de Iniesta que nos dio el Mundial; pero algunos parecen olvidar que probablemente España habría perdido esa final de no ser por la prodigiosa parada que le hizo Casillas a Robben en un mano a mano que parecía letal.
Creo que un jugador así merece un gran respeto, tanto por parte de los dirigentes de su club como por la afición. Pero un día apareció por el Madrid un entrenador portugués, un individuo repugnante llamado Mourinho, y convirtió lo que era un equipo supuestamente noble en un equipo campeón. Campeón del mal rollo, de la gresca y de la antipatía. Porque, claro, Mourinho llegó como el Gran Entrenador que llevaría al Madrid a la gloria, pero se topó con el Barcelona de Guardiola, que le sobó el morrillo repetidamente, y el tipo se puso rabioso de impotencia. Así que más malos rollos.
Como esa bronca con el Barcelona podía perjudicar a la selección, Casillas contactó con su amigo Xavi Hernández para limar asperezas. Y eso, a ojos del repugnante Mourinho, convirtió al portero en un traidor. Así que, zas, Casillas a la lista negra. Y no sólo por parte del portugués, sino también con la aquiescencia del no menos repugnante Florentino, que por algún motivo siempre ha estado enchochado con Mourinho. En fin, ya conocéis el resto de la historia. No solo se trata del maltrato que le ha brindado a Casillas la directiva, sino también un sector importante de la afición, esos energúmenos que pitaban, en el mismísimo Bernabeu, al mejor portero que jamás ha tenido su equipo. Qué asco...
Ahora, Casillas deja el Madrid y se marcha al Oporto. Sale por la puerta de atrás, de malos modos, sin homenajes ni el menor respeto. Vale, puede que Casillas ya no esté en su mejor momento, puede que no sea el portero más adecuado para el equipo. No lo sé, pero lo que sí sé es que su salida podría haber sido orquestada con muchísima más elegancia.
Así que, amigo Iker, me alegro de que tengas una pareja tan guapa, me alegro incluso de que seas millonario, y espero que las cosas te vayan de maravilla. Gracias por tus paradas y gracias por haber seguido siendo siempre un chaval de Móstoles.
En cuanto al Real Madrid, cada vez es un equipo menos blanco y más oscuro.